Restauración de Documentos

Restauración de documentos

Restauración Histórica: En este periodo a mediados del XIX se da un debate sobre la diferencia entre lo antiguo y lo moderno. Es a partir de esta teoría que se desarrolla en concepto de Valor Patrimonial y no solo se toma en cuenta el objeto arquitectónico sino los otros objetos que tienen valor cultural entre ellos los documentos (testimonio oral y escrito, archivos, impresos, planos, pinturas, etc.) es por eso que a partir de este también se comienza a estudiar el papel como un objeto restaurable y se desarrollan conocimientos en química para lograr su blanqueamiento, detener el deterioro de las pieles (utilizados en pergaminos) y contrarrestar la intervención de plagas e insectos, todo esto queda documentado en la literatura científica del momento.

Restauración Moderna: Esta teoría propone la coexistencia de lo histórico y la recomposición del perdido o añadido, para preservar la historia del objeto. En cuanto a los documentos, en 1898 la biblioteca vaticana celebra la conferencia internacional de San Gall  dedicada a los manuscritos antiguos, llegando a concluir que era necesario saber las causas del deterioro y hacer verificación con respecto a la eficacia del tratamiento, que debía además ser orientado y apoyado por científicos. Con el devenir de la I Guerra Mundial se desata la problemática en cuanto a la acidez del papel y gracias a esto aparece el primero instituto especializado en conservación de libros y documentos en Gottaferrata – Italia (1929)

Restauración Científica: Esta teoría reconoce el doble valor del objeto como obra de arte y documento histórico. Se conceptualiza a la restauración como una ciencia multidisciplinaria. Basándose en la teoría de Camilo Boito en la que restaurar significa conservar y no rehacer, se concentra la atención en parar el deterioro, anulando las causas que lo provocan y mantener la apariencia. A través del análisis histórico y artístico solo se debe intervenir en la función del objeto. Es así como la Carta de Atenas en 1931. Marca las pautas para la restauración de libros y documentos.